Jugando al Tenis

Hoy, tempranito, cogí mi bolsa de deporte y ahí que me fui a jugar al tenis!! En realidad, era mi primer día de clase, ya llevo unos cuantos años haciendo que juego, pero en realidad, lo que hago es dar a la pelota, sin más. De vez en cuando escucho a los amigos: Mila, la pelota entró, esa ha sido buena. Cuando doy con el revés me dicen: que cabrona, que bien has dado. Pero esta vez, me apunté a un curso muy barato del ayuntamiento. Y cuando llego a dicho curso, uf, eso no era un profesor, imposible dar a la pelota, era para estar mirándolo todo el tiempo ¡que hombre! ¡que guapo! Y la coquetería de mujer me hizo pensar que yo era María Sharapova y en vez de dar a la pelota, di a mi mano, con lo cual, estoy algo lesionada, menos mal que no me hice esguince. Y además, me invitó a café.
—Mientras escribo esto, me troncho de la risa, porque aunque me duela la mano, ha sido muy divertido—

Telaraña

La vida es así, un tejer telarañas continuadas. Creando el día a día, el espacio que nos hace más agradable. Buscando un lugar, si es que no se tiene.

En honor a Eva R. ¡Macarrones!

Ayer se me ocurrió hacer macarrones y saltarme la dieta. Y qué mejor que dedicárselo a Eva R., que la encantan los macarrones!! Estos son con chorizo, que por cierto parece más chorizo con macarrones, creo que me he pasado en proporción y como estaba algo vaga pues no lo piqué mucho —risas—. Tampoco se me dan muy bien hacerlos, esa es la verdad. Se me olvidó el queso para gratinar, que el queso sí lo da un rico sabor!!

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Una mañana lluviosa

Mientras desayunaba y miraba por la ventana, ahí estaba la señora lluvia!! El sol escondido, será por eso del eclipse lunar, bueno, no lo creo —risas—. Los días lluviosos son tristes y románticos a la vez. A mí me encantan, son ideales para compartir charla tomando un café con leche en esos bares donde las mesas recuerdan, por ejemplo, al Café Gijón.

Un “novio” de verano

Pues eso pensaba yo, que por lo menos, me saldría un novio de esos que duran un verano y luego hasta luego, pues ni eso!! Realmente, algo parecido me salió hace unas semanas, pero creo que no tengo paciencia con los hombres. No he podido soportar estar en plena cena (que se supone romántica) y que llame la ex veinte veces, más las llamadas de las hijas, que son dos. Y pensé, a mi edad, ¿voy a enrollarme con un hombre, su ex y dos hijas? Y decidí que no, no tengo edad para ponerme a compartir mi vida con todo eso. Y luego están los celos, que una quiere a su chico para ella solita, me llamareis egoísta, pero es que no tengo edad para aguantar ciertas cosas —risas—. No creáis que he sido cruel, no, no, que tampoco le importó mucho, eh. Y encima no le gustaba La Noria!!

¡Me aburro!

Los amigos se han ido de vacaciones, eso sí, cargados con maletas, los niños y alguna suegra, pero sea como sea, están de vacaciones. Y yo aquí, aburrida, me canso de leer, de escribir, de ver la tele, y la playa está en tren a media hora, y la verdad, es un stress y me aburre ir sola. Lo peor de la soledad es que me da hambre. Menos mal que me quedan los blogs de A.R.B y La Noria!!

Un viaje a Taramundi

Que la Tribu de A.R.B se va de Casa Rural, pues yo también!! Y aquí estoy, en una Casa Rural, en Taramundi. Es un pueblo de Asturias. El concejo de Taramundi hace frontera con Galicia y está enmarcado en la denominada Comarca Oscos-Eo. Es famoso por su pan y sus navajas. Hay un montón de museos que nos hablan del agua y el fuego, que nos enseñan cómo se las arreglaban antes, lo ingeniosos que podían llegar a ser, cómo molían el maíz y creaban electricidad. Está el Museo del Telar, donde te explican cómo se hacía la lana antes, y cómo se tejía. Los museos cuestan dos euros, menos uno, que cuesta cuatro. Se pueden hacer muchas rutas de senderismo. Yo he hecho la llamada Ruta del Agua, se camina hasta llegar a una aldea que se llama As Veigas, un lugar precioso, pocas casitas, allí hay un restaurante, se puede comer y beber algo, yo llevaba bocatas, pero comí una tortilla de patatas y pimientos, mientras escuchaba el sonido del agua. De camino a As Veigas todo es sombra, un montón de plantas diferentes y árboles, como por ejemplo el abedul, el castaño y el roble. A la vuelta hacía Taramundi hay un tramo que da bastante el sol, poneros crema solar porque yo me quemé, y la vegetación varía algo, por ejemplo, hay pinos. Luego se llega hasta Os Teixos, donde está uno de los museos de los molinos, me encantó, y el dueño, que explica todo, es muy amable. Luego hay que retroceder un poquito para volver hacía donde dejamos el coche, es el tramo más malo —risas— porque la montaña está empinada y uf, cuesta subirla, pero merece la pena. También hay que visitar La Casa del Agua en Bres. Museo de la Cuchillería de Taramundi. El Museo de Los Molinos de Mazonovo (ese cuesta 4 euros) que es una pasada!! Si se va a ver este último cuando hay poca gente es una gozada, porque se puede ir haciendo fotos tranquilamente y leyendo todo bien, se realiza por libre, vamos que no va ningún guía explicando las cosas porque antes de empezar te pone un video para explicarlo todo. La gente es muy amable y la vegetación, espectacular. La mejor temporada para ver la zona es en temporada baja, no está tan colapsada.